El líder húngaro asumió el cargo a principios de julio, lo que dio a Budapest el poder de fijar la agenda del bloque y albergar una serie de reuniones con otros funcionarios europeos hasta finales de año. Pero Orban inmediatamente utilizó la presidencia para su autoproclamada “misión de paz”, volando a Rusia, China y Estados Unidos para mantener conversaciones amistosas con los líderes del país (o Donald Trump, en el caso de Estados Unidos). Desde entonces, ha estado impulsando temas de conversación favorables a Rusia sobre la guerra del Kremlin en Ucrania.
En las últimas semanas, un número cada vez mayor de países ha comenzado a retirarse de una serie de manifestaciones informales de la UE en Budapest, una muestra simbólica de protesta que podría -en teoría, si no en realidad- impedir que Hungría avance su agenda política en varias áreas. .
El martes, Estonia, Finlandia, Lituania y Suecia habían confirmado a Politico que no enviarían a sus ministros de alto rango a reuniones informales de este tipo en Budapest este mes. Letonia y Eslovenia también dijeron que estaban considerando esto o tomando una decisión caso por caso. Budapest está celebrando docenas de reuniones informales este mes sobre todo, desde salvar el planeta hasta financiar la Unión Europea.
«Los Estados miembros han reducido significativamente su nivel de compromiso», dijo un alto diplomático europeo, que pidió el anonimato para hablar con franqueza sobre la crisis. «A Hungría no se le debería haber permitido asumir la presidencia».
Estonia y sus vecinos bálticos han estado entre los países más duros de la UE con Rusia. Finlandia también comparte una larga frontera con Rusia, lo que llevó al país a unirse a la alianza militar de la OTAN después de que el Kremlin lanzara su invasión de Ucrania.
«Con sus acciones, Hungría ha abusado de su papel como presidente del Consejo de la UE y, por tanto, ha dañado gravemente su credibilidad ante los ojos de otros Estados miembros», dijo un funcionario estonio a Politico.
